Viernes 26 Abril 2024
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Considera que legalizar del enervante permitiría medir el problema social y terminar con el narcomenudeo, narcotráfico, muertes, además de medir el problema de salud que desune a familia, igual que el alcohol, tabaco y cualquier adicción.

 

Guadalajara   • No recuerda cuántos libros ha publicado –incluyendo volúmenes propios, coautorías, antologías y compilaciones-, sólo sabe que son más de cuarenta “como mi edad, tengo 40 y tantos”, comenta entre risas. Es José Trinidad Camacho Orozco, mejor conocido desde hace más de 20 años como Trino, artista tapatío, uno de los moneros e ilustradores más destacados de México, quien en este momento promueve su nuevo libro: ¡Viva la familia!... Pero bien lejos, en el que ofrece tiras cómicas inspiradas en las situaciones que suelen darse en casi todos los hogares no sólo de México, sino del planeta entero. A través de una charla vía telefónica desde la Ciudad de México, comparte datos y anécdotas sobre el volumen y otros proyectos y actividades inmediatas.

¿Cuál es el origen de este libro en el que conviertes a la familia como centro del humor?

“La idea original era hacer algo sobre la crianza, la convivencia con los hijos, se le ocurrió a mi esposa porque somos padres de una chica de catorce años y un niño de cinco años. Era una buena idea, pero no era suficiente, así que luego consideramos agregar experiencias de terapia, escuela, hasta que decidí que todo se centrara en la familia, es lo que marca a todas las personas; lo que vives en casa”.

¿Cómo fueron tus experiencias familiares en niñez y adolescencia?

“Vengo de una familia muy tapatía, de padres jaliscienses, de tradición. Mi madre es de Los Altos de Jalisco y tiene nueve hermanos, así que siempre hemos sido muy unidos. El humor siempre estuvo en casa, no crecí con prohibiciones, tampoco con todas las libertades; nos mandaban a misa, pero también nos dejaban disfrutar de muchas cosas, mismas que han inspirado el humor que he desarrollado en mi carrera”.

¿Fue fácil sorprender a la familia con la inquietud de ser monero, en una época en la que quizá se subestimaba el potencial de esa opción artística?

“No fue fácil, pero tampoco fue tragedia. Mi padre es dentista, hubo una época en que sólo había en la ciudad –Guadalajara- dos laboratorios de alto nivel, como el suyo, de manera que tenía el sueño de que mi hermano y yo fuésemos dentistas y continuáramos en ese renglón. A mi hermano sí le gustó la carrera y es muy buen dentista, pero yo salí con la idea de ser monero. Cuando se lo dije a mi padre, me dijo ‘Los moneros o cartonistas se mueren de hambre, a menos que seas Abel Quezada, Rius o Naranjo, pero está bien, te voy a pagar la carrera y sólo te pido que busques ser muy bueno’, no soy como ninguno de ellos, pero definitivamente vivo de hacer lo que me gusta, como a mí me gusta, por eso me considero afortunado. Estudié en el Iteso, ahí mismo comencé mi carrera y cuando salí ya publicaba en diarios, me siento satisfecho con lo vivido y logrado”.

Desde hace varios años tú tienes tu propia familia, ¿qué tan liberal y qué tan conservador te has descubierto en la convivencia con esposa e hijos?

“Siempre hay ironías. Alguna vez regañé a mi hijo porque repitió la palabra ‘cabrón’; mi mujer soltó la carcajada y me dijo, a solas, ¿y eso lo dice el creador del Santos? Claro que soy un artista guarro, pero a la hora de ser padre sólo trato de equilibrar las cosas. Con mi hija, que es adolescente, también tengo estupenda relación y también se dan esas ironías”.

Pronto será la FIL, ¿presentarás este libro en alguna de las actividades?

“Por supuesto, será un placer y te puedo adelantar que estará Andrés Bustamante El Güiri Güiri, que junto con Jis es parte de mi otra familia, la que formas con los amigos”.

Por otra parte, ¿qué proyecto inmediato tienes?

“En este momento, todo está centrado en este libro, aunque te diré que el 8 de octubre me voy a París, a presentar la película El Santos contra La Tetona Mendoza, que abre un ciclo de animación. Por cierto, es curioso, la descripción de la cinta dice: ‘El Santos es un personaje mexicano que lucha contra los zombies, la Tetona Mendoza y un brócoli asesino –en realidad el personaje es El Peyote asesino-’”.

Finalmente, como artista, ciudadano y hombre de familia ¿qué opinión te merecen las drogas, la mariguana, por ejemplo?

“Curiosamente esta semana voy a participar en una mesa de diálogo a favor de la legalización de la mariguana. Mi postura es que estoy a favor de que se legalicen, no para que todo mundo esté ondeado, sino para entender mejor el problema de salud que existe en México; de esa manera podría medirse, reglamentarse y lo mejor es que terminaría el narcomenudeo, el tráfico de drogas y más.

¿Qué ventajas consideras que tiene esa postura?

“En Estados Unidos no son tontos, en algunos estados ya se legaliza o al menos se encuentran en ese proceso; saben que la solución es hacia ese punto. El alcohol, el tabaco y hasta el azúcar, son adictivos, pero son también una opción de consumo que puedes medir, reglamentar y ofrecer soluciones de salida para quien se sale de límite. A los jóvenes les dijo que se tarden en probar lo que quieran, alcohol, drogas o tabaco, se vale, pero mientras más adulto eres mayor control puedes tener sobre aquello que pruebas y decides que se quede contigo”.

Fuente; Milenio Jalisco

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